jueves, 9 de mayo de 2013

La Gestión Adecuada de las Emociones en el Deporte

Buenos días!!

Hoy vamos a ver un tema importantísimo en el mundo del deporte en particular y en la vida en general, la gestión adecuada de las emociones.

Uno de los signos más ignorados para interpretar la viabilidad de un equipo o entidad deportiva consiste en la interpretación de los estados de ánimo típicos de quienes forman parte de esta. La teoría de sistemas nos indica que ignorar cualquier categoría significativa de datos supone, de antemano, limitar nuestra comprensión y nuestras respuestas. Por lo tanto, sondear las profundidades de las corrientes emocionales de una organización o entidad deportiva puede reportarnos beneficios muy concretos.

Diferentes organizaciones en las que han incluido la formación de sus componentes, para que aprendieran a ver los efectos de los sentimientos y valorarlos, han experimentado un importante incremento en aquellos puntos que querían resolver. Comprendieron que velar por los demás y preocupandose por saber como iban las cosas en determinados momentos, los componentes de
estas organizaciones y entidades, estarían haciendo un inmenso favor no solo a sus compañeros sino también a sí mismos. No estoy diciendo que debamos convertir las entidades deportivas en lugares donde la gente deba abrir constantemente el corazón y sus sentimientos, en donde el gimnasio o el terreno de juego se convierta permanentemente en un grupo de sensibilización, esto sería absolutamente contraproducente, ya que anularía toda diferenciación entre nuestra vida privada y el mundo del deporte.

En la perspectiva deportiva, los sentimientos son importantes porque pueden facilitar o interferir en los objetivos comunes del equipo o de la entidad, paradójicamente las relaciones que mantenemos en un entorno deportivo, desde un punto de vista "laboral", son de la misma índole que cualquier otra relación de nuestra vida, y en consecuencia, en ellas también intervienen nuestras pasiones.

En muchas asociaciones y entidades deportivas, se producen unas reglas básicas que marginalizan la realidad emocional, tratan de distraer la atención del ruido emocional, como si no les importara en absoluto. Esto lo único que crean son problemas, decisiones desalentadoras, dificultades en manejar la creatividad y tomar decisiones, ignorar el valor de las habilidades sociales, incapacidad para motivar e inspirar al deportista, afirmaciones y consignas vacías sobre los objetivos que alcanzar, liderazgo falto de entusiasmo y energía, trabajo esclavizan y carente de espontaneidad, ausencia de espíritu corporativo y equipos que no cumplen adecuadamente con su cometido.

La valoración adecuada de los conflictos es una tarea importante dentro del mundo del deporte, la discrepancia entre los valores personales y las exigencias laborales. El coste que deberá pagar el deportista por mentir para simular una lesión, saltarse una sesión de entrenamiento o recurrir a técnicas maquiavélicas para sobrevivir en un entorno laboral excesivamente competitivo, le pondrá en contradicción con su propia ética. Las actividades que se hayan reñidas con los valores personales desalientan al deportista y les lleva a poner en cuestión el sentido de lo que hace. Eso es lo que ocurre cuando la realidad cotidiana desmiente las declaraciones des estilo o expresión que se caracteriza por emplear palabras y construcciones demasiado cultas y rebuscadas y dando un énfasis excesivo a aspectos del discurso que no lo merecen sobre los supuestos objetivos.

El resultado final de las tácticas erróneas es el de contribuir al agotamiento crónico, la desconfianza, la falta de motivación y de entusiasmo, y el descenso del rendimiento del deportista.

Por lo tanto aprender a gestionar de una manera adecuada las emociones de los miembros que forman una entidad deportiva o equipo hará que se obtengan resultados altamente satisfactorios.

A gestionarse!!

THST©
Félix Carnero

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