lunes, 7 de abril de 2014

Una parte importante a tratar en la psicología deportiva: El carácter

Empieza una semana más. Empezamos con más conocimientos sobre la psicología del deportista.

Una de las técnicas que utilizo para el tratamiento del deportista es el conocimiento del carácter, para mi  es fundamental para el trato del individuo en el ámbito deportivo, desde el tipo de carácter podemos ver mejor las reacciones ante las lesiones, el grupo, el entorno y el propio deportista y actuar en consecuencia.
Hacer entender al deportista que esto es una pieza clave, ya no en su entorno deportivo, sino en su propia vida es una de las tareas que como técnico en psicología del deporte me he propuesto desde hace ya tiempo. El estudio del carácter se basa en el Eneagrama. Creo que es fundamental empezar a dar una visión global que es esto del Eneagrama y como se distribuye.

El Eneagrama es una técnica desarrollada para occidente a principios del siglo XX por el filosofo de origen armenio-griego George I. Gurdjieff. Posteriormente fue retomado el tema por el chamán boliviano Oscar Ichazo, a partir de ahí otros nombres como psiquiatra chileno Claudio Naranjo reformuló el Eneagrama aplicándole el lenguaje de la psicología moderna y comenzó a enseñar su sistema, llamado Eneagrama de las Fijaciones.

¿Como se distribuye el Eneagrama?

El Eneagrama esta compuesto por nueve tipos, englobados en tres triadas, la visceral (o IRA), la de la imagen (o SENTIMIENTO) y la del miedo (o los MENTALES). Hoy voy a explicados un poco las características de cada una de estas triadas.

La triada de la IRA (Obsesivos-Compulsivos) ( Ocho, Nueve y Uno.)

La ira surge del cuerpo físico, esta hace mal uso de la energía de los cuerpos emocional y mental. El estilo de este grupo es ir en contra de la gente, a veces se les llama el grupo del ser. Se han formado en torno a distorsiones de sus instintos, que son la raíz
de su fuerza vital.
Esta tríada, son intuitivos, tiene que ver con la inteligencia del cuerpo, con el funcionamiento básico vital y con la supervivencia.
Los componentes de esta triada tienen unas áreas de lucha por el control, que giran entorno al tiempo, limpieza y el dinero.
Cuando este grupo se encuentra en su esencia, tienen una profunda sensación de plenitud, estabilidad y autonomía o independencia. Cuando se pierde el contacto con esa esencia, la personalidad intenta "llenarla" proporcionando una falsa sensación de autonomía. Para encontrar esa falsa sensación de autonomía la personalidad crea lo que en psicología se llama mecanismos de defensa. Los tipos de personalidad de esta tríada procuran resistirse a la realidad (creando límites para el Yo, basados en tensiones físicas).
Estos tipos de personalidad tienden a tener problemas de agresividad y de represión; bajo las defensas de la personalidad llevan muchísima ira. Reaccionan desde el cimiento emocional de la rabia. Es típico para esta triada que tengan la mayor dificultad en el campo de la razón y luchen para recordar sus propias necesidades.
Tienden a ser detectores de la sensación corporal, personas que perciben cosas física e intuitivamente, antes de saberlas de manera cognitiva. Están más propensas a las dificultades con la apropiada concepción racional y experimentan a menudo una especie de nublamiento mental
Utilizan la capacidad para usar todo el cuerpo en la expresión de ideas y sentimientos, son más auditivos que visuales. Y no obstante pueden ver con claridad el mundo externo, suelen tener una visión interna brumosa o distorsionada, en especial cuando de ver sus propias necesidades y prioridades se trata.



Los tres eneatipos tienden hacia el pensamiento polar y pueden reducir situaciones complejas al planteamiento de todo o nada, o al ni esto, ni lo otro tampoco. Esto es mucho más un desorden del raciocinio que alguna limitación con el corazón o la voluntad; es poco fácil pensar con lucidez cuando tú no estás ahí realmente. Tienden a entumecer sus emociones mediante su conversión en sensaciones físicas, es decir, en su dialogo sus emociones las expresan en formato físico ( “esto me hierve la sangre” en lugar de “esto hiere mis sentimientos”), está más consciente de una sensación física que de una emoción.
Los Ochos, Nueves y Unos por lo general crecieron sintiéndose pasados por alto. La gente con estos estilos pudo haber experimentado su mundo temprano como indiferente, un ambiente donde sus vulnerabilidades y necesidades no encontraban lugar, a menudo se sintieron invisibles o ignorados.
Cuando los componentes de esta triada son adultos, pasan por alto tanto sus sí mismos como sus necesidades, anticipándose a ponerse invisibles para los demás. Ochos, Nueves y Unos, todos tienen una tendencia hacia el auto-descuido como expediente para anticiparse y evitar la negligencia de otros, tienden a auto-borrarse.
Los Ochos adultos se borran a sí mismos y luego compensan exagerando su presencia. Los Nueves se borran a sí mismos y luego se centran en adaptarse, y acomodarse al medio ambiente. Los Unos se auto-suprimen y relegan sus necesidades a sobre-objetivados principios, olvidándose de lo que desean realmente y poniendo su atención en lo que "debería hacerse".

La triada de la IMAGEN (Histéricos)   (Dos, Tres y Cuatro)

Corresponde a personas de carácter emocional que reaccionan desde el sentimiento, que corresponde al cerebro límbico y cuya pasión o impulso básico es la imagen propia, entendiendo por imagen la construcción emocional que hacemos de nuestra personalidad, con el fin de sentirnos dignos de ser amados. Estas personalidades están impulsadas por el sentir emotivo, y suelen estar más en el pasado que en el presente, que es donde evalúan el resultado de sus esfuerzos por ser amados.
Detrás de su falsa imagen propia construida para los demás, ocultan mucha vergüenza. Ellos han perdido el contacto con su verdadera naturaleza emocional, no se sienten amados ni dignos de ser amados. Creen que tienen que hacerse valer para que los quieran, por lo que dependen del apoyo y la aprobación de los demás.


Más afines al cambio que las personas cuyo Eneatipo pertenece a la Tríada del instinto, los Eneatipos que pertenecen a la Tríada de las emociones basan sus acciones y pensamientos en sus sentimientos, le dan mucha importancia a las relaciones y buscan desesperadamente sentirse amados.
La vergüenza es un sentimiento de falta de valía y pueden solucionarla de tres formas:
- Hacia afuera: en el caso del Eneatipo dos, que busca el amor de los demás prodigando atenciones.
- Hacia adentro: en el caso del Eneatipo cuatro, que se repliega a su mundo interior, intentando reafirmar su valía a través de sentirse único y especial.
- Hacia adentro y hacia afuera: en el caso del Eneatipo tres, que busca su valor interior mediante logros externos.
En esta tríada la energía se centra totalmente en el corazón, cuando esto logra hacerse desde la esencia de cada persona.
Estos tipos de personalidad están interesados en su imagen (apego al falso o supuesto Yo de su personalidad). Creen que las historias sobre ellos y sus supuestas cualidades son su verdadera identidad; bajo las defensas de su personalidad llevan muchísima vergüenza.
Los Dos, Tres y  Cuatros son quienes están más propensos a confundir el parecer con el ser. Tienden las personas de este trío a rechazar cómo se sienten de verdad, en favor de cómo se supone deben sentirse, según los roles que estén ejecutando.
Una clave para entender esta contradicción está en lo que la PNL (Programación Neuro- lingüística) llama sentimientos directos y sentimientos derivados, en referencia a los sentimientos que nosotros experimentamos directamente versus los sentimientos que se derivan de nuestros otros sentidos.
La diferencia entre el sentir directo y el sentir derivado, es igual a la diferencia entre el drama y el melodrama o entre el amor y el sentimentalismo.
Las personas con estos estilos experimentaron su mundo temprano como socialmente condicionado. El precio de la aceptación familiar y social era interpretar o recrear un libreto, desgañitarte una serenata para obtener la cena. Un Dos pudo haber sido recompensado por la funciones útiles que desempeñaba, una Tres por sus logros externos, mientras que un Cuatro pudo haber obtenido reconocimiento por lucir diferente a todo el mundo.
Inconscientemente, Dos, Tres, y Cuatros se auto-preguntan a menudo, "¿Quién soy yo, ahora?" Su herida primigenia está en su sentido de identidad y la vida diaria puede experimentarse como una especie de crisis de identidad permanente. La paradoja que impera en estos estilos es: "Para ser amado por lo que soy, debo fingir ser lo que no soy."

La triada del MIEDO (Esquizofrénicos paranoides) (Cinco, Seis y Siete)

Los sentimientos dominantes en los tipos de personalidad pertenecientes a esta tríada son la ansiedad y la inseguridad, para decirlo de otra forma, los tipos de esta tríada están más preocupados por el futuro en búsqueda de seguridad y tranquilidad, que en las realidades presentes o los recuerdos del pasado. En los puntos del miedo, la fijación está cristalizada en el cuerpo mental. La inteligencia vacía está velada por la mente parlante que se llama a sí misma inteligente. Son las personas que temen al miedo.
La tríada del pensamiento se ha desconectado de los aspectos de la verdadera naturaleza, lo que en algunas tradiciones espirituales llaman "la mente callada", lista y despierta. Esta es la fuente de orientación interior que da la capacidad de percibir la realidad tal y como es, y permite ser receptivo al conocimiento interior capaz de orientar todas las acciones. Cuando estos tipos de personalidad están desconectados de la esencia cuentan con una mente parlanchina, es por esto que buscan acallar sus mentes inquietas en búsqueda de esa mente callada. Cuando están bloqueados sienten mucho miedo, el cual los llena de inseguridades. Los tipos Cinco, Seis y Siete tienden a la ansiedad (experimentan falta de apoyo y orientación). Se entregan a comportamientos que creen que van a mejorar su seguridad; bajo las defensas de su personalidad llevan muchísimo miedo.

Los Cincos, Seis y Sietes no se confunden acerca de quiénes son ni cómo se sienten. Ellos, en vez de eso, tienden a anticipar de manera inconsciente los peligros de la vida, y es habitual en ellos que reaccionen desde el fundamento emocional del miedo. En general, encuentran la mayor dificultad en integrar su poder personal y tomar acción en el mundo, de forma asertiva y congruente.
En la literatura del Eneagrama llaman a las personas de este trío los "tipos mentales", porque ellas van por la vida lidiando con sus cabezas. Son en su mayoría pensadores que sobreutilizan sus mentes tratando de compensar la represión de sus instintos físicos.
Se ahogan en los dilemas del hacer y suelen experimentar una especie de nudo en la voluntad.
Imagínese cómo es ver el mundo como un lugar peligrosísimo, poblado por fuerzas que le pueden ser muy desfavorables, y contra las cuales usted carece de defensa segura alguna. Es como si usted no estuviese en la cima de la cadena alimenticia y tuviera que mantenerse vigilante de los depredadores más grandes que lo pueden derrotar, dañar o atrapar. Con semejante visión del mundo, usted carece en absoluto del poder de elección, de decir "Sí" o "No". Sus preferencias personales son menos importantes que las de otros; ellos tienen derechos y usted no. Cualquiera demanda de usted, y siente que debe decir "Sí," incluso cuando su respuesta real es "No".



Ven las imágenes del futuro con el ojo de su mente, después hablan consigo mismos; entonces ven más imágenes... y hablan más internamente. Todos, en un esfuerzo para prepararse para lo que se avecina. Se parece a narrar vídeos caseros o a ver los avances de los próximos estrenos de la industria del entretenimiento.
Pueden tener complicadísimas estrategias para la toma de decisión, porque suelen intentar hacer dos cosas a la vez: elegir y no elegir. Para un observador externo, la gente de en este trío da la impresión de estar substituyendo el hacer por el pensar. Pero, en lo interno, esa manera de pensar se siente como una forma de hacer que podría llamarse seudoacción. El miedo generalizado se describe a veces en los libros de Eneagrama como cobardía, pero otro término para él es auto-oposición, tienden a la auto-oposición, a retornar su poder contra sí mismos.
La herida primigenia en los Cincos, Seis y Sietes está a su sentido del albedrío. Se preocupan de su competencia. Su pregunta inconsciente recurrente ya no es "¿Quién soy yo?" sino "¿Soy capaz? ¿De veras puedo hacer esto?" La paradoja imperante en todos y cada uno de estos tres estilos es: "Para ser dueño de mi poder, primero debo ponerlo fuera del alcance de los demás."
El desafío general para los Cincos, Seis y Sietes es integrar en sí mismos su poder y asumir la responsabilidad de sus acciones. En la medida que cambian y crecen, las personas con estos estilos se contactan con sus instintos y empiezan a ejercitar sus albedríos en vez de proyectarlos en lo externo. Comienzan a decir "Sí" y "No" desde la sensación de la libre elección y aprenden cómo auto-afirmarse: la asertividad. 

Félix Carnero
Técnico en Psicología del Deporte

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