Hola a Tod@s,
Hoy quiero esponeros unas reflexiones para la autoestima, aplicable en la consecución de objetivos, tanto profesionales como personales.
Seguro que habéis escuchado en muchas ocasiones “eres lo que piensas”. Afirmación simple, pero muy precisa, puesto que lo que sentimos (parte no todo), decimos y hacemos, tiene origen en nuestra mente.
Nuestra Pensamientos definen nuestra realidad, queramos o no. Nos convertimos en aquello en lo que pensamos con intensidad. Nuestra actitud crea el ambiente que hay a nuestro alrededor, y viene determinada por nuestra manera de pensar y de sentir, siendo un puente de comunicación con las demás personas. Por tanto, es muy importante crear una actitud positiva, llena de buenos pensamientos y sentimientos.
Se ha descubierto que el 80% de nuestros pensamientos se repiten constantemente; de los cuales, cerca del 78% son pensamientos negativos y el otro 22% son pensamientos positivos. De ahí que nos encontremos en un ambiente y estados de negatividad casi constante. La mayor parte de nuestras metas las consideramos difíciles o muy difíciles, y se nos hacen cuesta arriba, derivado de ese 78% de pensamientos negativos que rumiamos, causados por nuestros miedos, inseguridades, baja autoestima, traumas vividos (marcados generalmente en la infancia o heredados), desequilibrios emocionales y hormonales…
Todo pensamiento según sea positivo o negativo actúa sobre su objetivo; si el objetivo somos nosotros, puede condicionar nuestros estados de ánimo, sentimientos, nuestras acciones, el trato con el prójimo; si es una situación, tenderá a atraer un desarrollo o acciones en sintonía con lo emitido. Todo ello depende de la fuerza e intensidad del pensamiento. Si lo exteriorizamos en forma de palabras, lo dicho anteriormente se ve reforzado y aumentado. Cuando el pensamiento lo llevamos a la acción, adquiere su mayor nivel de fuerza.
Los pensamientos negativos nos afectan en todos los aspectos: en nuestro comportamiento, en nuestra salud, en nuestro estado anímico, en nuestro entorno… Del mismo modo, los pensamientos positivos, tienen efectos beneficiosos e inmediatos sobre nuestra salud, nuestro comportamiento, nuestro crecimiento personal, nuestra alegría "innata"… son ellos quien potencian nuestro bienestar cotidiano. Estos últimos son los que deberíamos prestar mayor atención.
Podemos pensar o creer que no estamos en un estado interior negativo, y que nuestro malestar está derivado de amenazas externas a nosotros, una persona generalmente, y cargamos contra ella.
Puede ser, y una clave para averiguarlo es tomar conciencia de si en nuestra vida hay juicios, comparaciones, quejas, si nos hablamos con exigencias o agresividad.....
Estudios han demostrado que un solo minuto
en el que nos centremos en un pensamiento negativo, nos deja el sistema inmunitario debilitado durante seis horas. El estrés (esa sensación de agobio permanente) produce cambios sorprendentes en el funcionamiento de nuestro cerebro y en el sistema hormonal, y puede llegar a lesionar neuronas relacionadas con la memoria y el aprendizaje.
“Nuestros resultados en la vida se van construyendo a partir de la dirección de nuestros pensamientos, nuestras elecciones y nuestras acciones” Patricia Behisa
Sin embargo, uno de los mayores poderes que tenemos el ser humano es que somos capaces de cambiar nuestra programación mental. Tenemos el poder de elegir los pensamientos que queremos tener, de acuerdo con la realidad que deseamos crear para nosotros. Parece difícil ¿verdad? solo parece, y es a causa de nuestra gran facilidad para generar pensamientos negativos.
Dependiendo de los pensamientos que tengamos en nuestra mente, así va a ser el mundo que nosotros vamos a ver. La clave está en ir pensando en ideas positivas más veces y durante más tiempo.
“La dificultad no está en los problemas que se nos presentan, sino en la forma en la cual los asumimos” Patricia Behisa
Tener entusiasmo por la vida nos empuja a dirigirnos hacia nuestros objetivos y metas con motivación, afrontándolos como un reto, sin frustrarnos si el resultado llega a ser negativo, porque, nuestro cambio de enfoque sobre las cosas, nos lo hace ver como un aprendizaje y una gran experiencia necesaria para situaciones futuras, en lugar de verlo como un fracaso y hundirnos emocionalmente.
La confianza en uno mismo, la ilusión, el entusiasmo, la alegría... tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro, donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones.
Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente nos lo acaba mostrando.
Para finalizar yo acabaría con esta frase resumen de Mario Alfonso Puig:
“Son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo.” “Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando. Hay que entrenar esa mente”
Félix Carnero
THST©
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